Indignan los ángulos elegíacos más oblicuos de la crónica del mito, escrita por el testigo de su creación, convertido temporalmente en el adorador de la diosa evocada. Que el hablante y el lector se sientan incómodos con el poder otorgado a esta presencia es parte de la intención del hablante. Ni mío ni de mí, sino desnudo, atrapado como un pez en la red del dolor; cementerios visitan peces; minas desusan; recuerdas momentos de autodescubrimiento vocacional: esqueletos sin cabeza, alegorías del amor, castigan el talento en autorrealizaciones. Al final de la narración, la inconstancia: el fenómeno pasajero, la mano confiada enmascarada por un guante. Si pudieras decirlo podrías quedarte. Excluido de la categoría de cosas que son vida, el aguijón en la cola del poema, la pérdida inevitable, la bomba repentina. Nos pinta muertos lo que, de alguna manera, nos permite seguir vivos.
José de María Romero Barea
Indignam os ângulos elegíacos mais oblíquos da crónica do mito, escrita pela testemunha da sua criação, temporariamente convertida no adorador da deusa evocada. Que o falante e o leitor se sintam desconfortáveis com o poder outorgado a esta presença é parte da intenção do falante. Nem meu, nem de mim, mas nu, preso como um peixe na rede da dor; cemitérios visitam peixes; minas desativam; lembras momentos de auto-descoberta vocacional: esqueletos sem cabeça, alegorias do amor, punem o talento em auto-realizações.No final da narrativa, a inconstância: o fenómeno passageiro, a mão confiante mascarada por uma luva. Se o conseguisses dizer, podias ficar. Excluído da categoria de coisas que são vida, o aguilhão na cauda do poema, a perda inevitável, a bomba repentina. Pinta-nos mortos, o que, de alguma forma, nos mantém vivos.